Una reflexión y propuestas innovadoras

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Una vez más, tengo el placer y el honor de colaborar con nuestrso queridos amigos de la Cofradía de Celeiro con motivo de la celebración de sus magníficas JORNADAS DE PESCA 2022, un foro que alcanza ya su XXI edición y que se ha convertido en uno de los puntos de encuentro imprescindibles para el sector pesquero.
Como todos sabéis, el año 2022, que se las prometía muy feliz y todos teníamos la esperanza de volver a la normalidad. Desgraciadamente no está cumpliendo nuestras expectativas. La situación económica derivada de la triste guerra de Ucrania está suponiendo un reto gigantesco para las pequeñas empresas de pescadería. Compartimos con el resto de compañeros de la cadena pesquera la subida desorbitada de los costes de la energía y del combustible pero, desgraciadamente, no vamos a poder gozar de las ayudas que Europa ha puesto en marcha para el sector pesquero, para todos los operadores, pero que en España se han limitado al sector productor cuando la comisión europea no establecía restricciones.
El consumo de los hogares no remonta desde el paro de transportes que tuvo consecuencias nefastas, al que continuó la espiral inflacionista y la caída de la demanda. El pescado tiene fama de “caro” cuando las cifras demuestran que su comportamiento ha sido moderado respecto a las tasas generales de inflación. Desmontar esta percepción y animar al consumo es una de nuestras prioridades durante el año en curso. Para ello, no cesamos de comunicar, de ofrecer datos, de animar a los consumidores a que se acerquen a las pescaderías donde siempre van a encontrar una alternativa que se ajuste a sus gustos y a su presupuesto y que les permita seguir disfrutando de la proteína animal más saludable del mundo, con menor huella hídrica y de carbono, y que nos hará disfrutar en todas sus formas, presentaciones y multitud de recetas.
Con los políticos seguimos luchando para que nuestra histórica reivindicación de que se reduzca el Iva de los productos pesqueros, a la que se ha sumado todo el sector pesquero, y a la que quieren sumarse otros sectores alimentarios en el contexto actual, se convierta en una realidad. Es justo, necesario y oportuno. Es incomprensible que no se apruebe de una vez por todas la reducción del Iva de los productos pesqueros, que deberían de estar grabados al 4%, si no al 0%. Se cumplen todos los requisitos para tomar esta medida: productos de primera necesidad, productos saludables, con menor impacto ambiental, cuyo consumo desplaza a otras alternativas menos saludables, que forman parte de nuestra dieta mediterránea, y cuyo consumo abandonamos a gran velocidad con el enorme impacto que ello tienen en la salud de los españoles y en las arcas públicas.
Se presentan iniciativas gubernamentales para luchar contra la obesidad y el sobrepeso, ya que los datos son alarmantes, y se empieza a hablar de fiscalidad saludable. ¿A qué estamos esperando? La reducción del Iva pesquero apenas tendría impacto en las cuentas del Estado pero sí lanzaría un mensaje muy potente de apoyo al consumo de unos productos altísimamente beneficiosos para la sociedad española en general y permitiría hacerlos aún más asequibles.
Apostar por incentivar la dieta saludable, de la que los productos pesqueros son claros protagonistas, debe de ser una cuestión de Estado. Va en ello la salud de los españoles y la quiebra del sistema de la sanidad pública. Es insoportable el ritmo de aumento de gasto sanitario conforme nos alejamos más y más de la dieta mediterránea. El gasto en la sanidad pública derivado de las enfermedades relacionadas con la mala alimentación es de unos 14.300 millones de euros al año (un 19,3% del total de gasto sanitario público español); dicho de otro modo, una adecuada alimentación podría ahorrar ese importe a las arcas del Estado. Comer mal tiene un impacto directo en nuestro bienestar y el gobierno debe de lanzar mensajes claros de apoyo a los productos saludables con medidas valientes como la reducción de IVA de TODOS los alimentos saludables, especialmente los productos pesqueros.
Soy optimista, cada vez hay más voces favorables a esta demanda. El Parlamento gallego la aprobó por unanimidad. También en Europa hemos solicitado de forma conjunta como sector esa bajada y Bruselas estudia una reforma del sistema común del IVA de manera que los Estados miembros podrán reducir este gravamen hasta el 0%.
Esta iniciativa tiene todo el sentido en el marco dentro de la estrategia “De la granja a la mesa” que tiene por objeto contribuir a la agenda europea en materia de cambio climático, proteger el medio ambiente y fomentar el consumo de alimentos sostenibles, seguros y saludables.
Y, además, tenemos margen, actualmente España es de los países de la UE que mantiene uno de los tipos impositivos del IVA más alto para el pescado y el marisco del 10%, mientras que Portugal o Bélgica aplican un IVA para el pescado de 6%. Irlanda del 0% y otros como Chipre o Hungría, el 5% para estos productos.
El descenso del consumo de productos pesqueros en los hogares españoles es constante y alarmante. Lo venimos advirtiendo desde hace tiempo y, de hecho, ya se ha perdido el 25,47% del consumo desde el año 2008. El consumo per cápita pasó de 27,8 kilos por persona y año a 20,72 kilos. En el 2021 se bajó en un 8,5% respecto al 2020 y en el primer semestre del 2022 nos encontramos ante una nueva caída de casi el 14%.
La ingesta de productos pesqueros es fundamental no solo para llevar una dieta saludable, sino también para preservar nuestra tradición marinera, el medio rural y costero, así como para conservar nuestra magnífica dieta mediterránea y cultura gastronómica. Dieta de la que presumimos, pero que estamos abandonando a marchas forzadas. Los datos demuestran un consumo cada vez menor de alimentos frescos y una pérdida de habilidades en la compra y preparación alarmantes. Los españoles manejan de media sólo 3 recetas para los productos pesqueros y dedican sólo 6 horas a la semana a cocinar.
Las consecuencias para la salud de esta “delegación” o “subcontratación” de la compra y la cocina en terceros, se dejan sentir con fuerza. En España un 53,6% de la población adulta tiene un peso superior al saludable, padeciendo obesidad o sobrepeso y 4 de cada 10 niños españoles tienen problemas de sobrepeso, aumentan las enfermedades crónicas y el gasto sanitario relacionado con la mala alimentación alcanza el 20% del presupuesto total.
Respecto a las iniciativas innovadoras que estamos llevando a cabo, en Fedepesca estamos volcados en nuestro proyecto LA PESCADERÍA ARTESANAL, el primer market place del mundo exclusivo para pescaderías tradicionales. Un proyecto que arrancamos en Madrid capital con ayuda del Ayuntamiento, que ampliamos posteriormente a la Comunidad de Madrid y a otra tres comunidades españolas, Castilla y León, Aragón y región de Murcia, gracias una ayuda del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para la digitalización de nuestro sector por un importe total de 217.280,84€ en dos años, en el marco de los Fondos Next Generation. Estamos muy agradecidos de esta cofinanciación, pero es muy limitada para poder asumir un reto tan gigantesco como el que es iniciar la digitalización del ecosistema de pescaderías tradicionales que habíamos estimado en un presupuesto mucho más elevado.
Entre nuestras apuestas innovadoras se encuentran también el reforzamiento del delivery, entender que el canal de la hostelería nos hace la competencia con este servicio. Cuanta más comida se encargue a domicilio en la hostelería, menos pescado se consumirá. Tenemos que ser capaces de crear nuevas ocasiones de consumo con la venta de platos preparados de la pescadería para consumir en casa con motivo de, por ejemplo, encuentros con amigos, partidos de fútbol o maratón de series en casa. Si se va a delegar el acto de cocinar que, al menos, sea para consumir productos pesqueros elaborados de forma artesanal.
También estamos introduciendo nuevos productos del entorno marino, saludables y sostenibles, como las algas, un producto que cuenta con un gran futuro y muy respaldado por las políticas europeas que creemos que los consumidores deben de encontrar en las pescaderías.
Pero, y para finalizar, de nada servirán estas propuestas innovadoras si no somos capaces de garantizar el relevo generacional y, para ello, las CCAA tienen que ofrecer la formación profesional del título de Experto en Comercialización de Alimentos.
Me despido felicitando a mis compañeros y amigos de Celeiro por sus magníficas jornadas y confiando en que la desafortunada e inexplicable decisión de la comisión europea sin aval científico de cierre de zonas de pesca a palangreros de fondo y volanteros se retrotraiga lo antes posible.
