Sinkevicius hace realidad el sueño de Damanaki en 2012

 Sinkevicius hace realidad el sueño de Damanaki en 2012

Para poder entender lo que está ocurriendo ahora con el Reglamento de Ejecución (UE) 2022/1614 de la Comisión Europea, por el que se cierran 87 zonas de pesca en las que presuntamente se conoce la existencia de ecosistemas marinos vulnerables (EMV) o la posibilidad de que existan, es imprescindible mirar hacia atrás y remontarse al 19 de julio de 2012, fecha en la que la Comisión Europea adoptó su propuesta de Reglamento por el que se establecen condiciones específicas aplicables a la pesca de poblaciones de aguas profundas en el Atlántico Nordeste y disposiciones relativas a la pesca en aguas internacionales del Atlántico Nordeste, y se deroga el Reglamento (CE) nº 2347/2002.

Y es importante volver la vista atrás porque, en dicha propuesta, la Comisión Europea planteaba lo siguiente: “A fin de reducir el impacto destructivo que tiene en el ecosistema marino, debe erradicarse paulatinamente la utilización de redes de arrastre de fondo en esta pesquería, pues son las que más daño ocasionan a los ecosistemas marinos vulnerables, además de generar elevados niveles de capturas no deseadas de especies de aguas profundas. Las restricciones transitorias para las redes de enmalle de fondo en las pesquerías por debajo de los 600 m de profundidad y en la franja batimétrica comprendida entre los 200 y los 600 m deben complementarse con la prohibición de la pesca dirigida a las especies de aguas profundas”.

Así mismo, en su artículo 9 proponía lo siguiente: “Las autorizaciones de pesca mencionadas en el artículo 4, apartado 1, para buques que utilicen redes de arrastre de fondo o redes de enmalle de fondo expirarán, a más tardar, dos años después de la entrada en vigor del presente Reglamento. Después de esa fecha, ya no se expedirán ni renovarán las autorizaciones de pesca dirigida a especies de aguas profundas con utilización de esos artes”.

Duras propuestas de “Demoniaki”
Es decir, ya entonces, la comisaria Damanaki (conocida como “Demoniaki” por el sector pesquero europeo. Por cierto, al poco tiempo de dejar el cargo de comisaria, empezó a trabajar en un puesto de alta dirección y con un suculento sueldo en una de las ONG conservacionistas más ricas y poderosas del mundo), fruto de la fuerte presión que ejerció con sus campañas activistas, entre otras ONG, la “Deep Sea Conservation Coalition”, propuso prohibir la pesca con artes de arrastre de fondo y de enmalle de fondo. ¡Ojo! que entonces al palangre de fondo se le ponía como ejemplo de arte selectivo al que deberían convertirse los “malvados” artes de arrastre y enmalle después del período transitorio de dos años que proponían.

La propuesta provocó la reacción de todo el sector pesquero europeo, creando la “Deep Sea Industry Coalition”, una alianza, parecida a la que ahora hemos creado con el nombre de “European Bottom Fishing Alliance”, constituida para defendernos, poner en valor la importancia de los artes de fondo e intentar que imperara el sentido común entre los legisladores para realmente proteger los EMV.

Después de mucho trabajo y de muchas reuniones con los eurodiputados y con los gobiernos de los Estados miembros de la UE, en 2016 se alcanzó un acuerdo político para que no se prohibiera de forma general el arrastre, que esta prohibición tuviera lugar en zonas con profundidades superiores a 800 m y que se utilizara la filosofía de NEAFC para proteger los ecosistemas marinos vulnerables, es decir, respetar la huella de arrastre, poner en marcha las reglas de movimiento en caso de encuentro con algún EMV, seguir investigando para conocer bien dónde están los EMV y, en su caso, protegerlos.

Gran frustración del sector con la Comisión
Lamentablemente, esta nueva CE, con el comisario Sinkevicius al mando y con alguna persona a su lado que en su día estaba en el gabinete de Damanaki y que ahora es un alto cargo en la DG Mare, ha hecho una interpretación muy particular del Reglamento de 2016 y del espíritu de los legisladores y ha seguido con las intenciones iniciales de su predecesora, es decir, cargarse los artes de fondo. La Comisión ha tergiversado lo que se pretendía con el reglamento, haciendo uso del acto de ejecución, que no prevé la participación vinculante del Consejo y del PE en el desarrollo de la norma. Y ha aprovechado sus poderes para conseguir, por otra vía, lo que Damanaki pretendía 10 años atrás.

El enfado, decepción y frustración del sector pesquero europeo con la Comisión Europea es, posiblemente, el más grande de los últimos 20 años. La gota que ha colmado el vaso (porque son muchas las actuaciones de la Comisión que no han gustado a nuestros pescadores en los últimos 3 años) ha sido la publicación del reglamento en cuestión, el cual entró en vigor el pasado 9 de octubre y que prohíbe la pesca de fondo (arrastre, palangre y enmalle) en profundidades entre 400 y 800 metros en 87 zonas de pesca de las aguas de España, Portugal, Francia e Irlanda del Océano Atlántico. Según la Comisión Europea, se han cerrado a la pesca de fondo 16.419 km2.

Graves consecuencias socioeconómicas
¿Y por qué está tan cabreado el sector pesquero con este reglamento y con la CE? La razón principal es por las graves consecuencias socioeconómicas que va a provocar una norma que es injusta y desproporcionada, que ha sido aprobada sin apenas realizar consultas previas a los afectados, sin que se hayan realizado los estudios de impacto socioeconómicos pertinentes y sin que se haya consultado al Comité Científico, Técnico y Económico de la Pesca de la UE.

Además, la CE no ha tenido en cuenta las advertencias que el Consejo Internacional de Exploración del Mar (CIEM) plasmaba en su propio informe, el cual ha sido utilizado por la Comisión para justificar su decisión. El CIEM advertía que sólo se había tenido en cuenta la información procedente del arte de arrastre y no del palangre de fondo o del enmalle y que la resolución utilizada era muy baja, puesto que ha utilizado en su informe la unidad de base de una CUADRA C de unos 15-25 km2 por celda.

Para que el lector me entienda, en vez de cerrar las zonas donde realmente hay o puede haber ecosistemas marinos vulnerables, y en vez de utilizar la mejor información científica disponible, lo que ha hecho ha sido cerrar unas zonas mucho más amplias, afectando de esta manera a zonas de pesca tradicionales y habituales de nuestros pescadores. La vulneración del principio de proporcionalidad ha sido manifiesta por parte de la CE.

Alianza Europea de Artes de Fondo
Por todo ello, es normal que una gran parte del sector pesquero se haya agrupado en la Alianza Europea de Artes de Fondo, que los gobiernos de España, Portugal, Francia e Irlanda estén en contra del reglamento, que España haya anunciado la presentación de un recurso de anulación del reglamento ante los tribunales de la UE, que el propio sector vaya a hacer lo mismo y que la mayoría de los grupos políticos del Parlamento Europeo se hayan posicionado en contra del reglamento de ejecución.

Gran impacto en la flota palangrera
Las consecuencias socioeconómicas van a ser importantes. Por lo pronto, en puertos punteros como Celeiro o Burela, los más representativos del arte de palangre de fondo o pincho (que pescan merluza con anzuelos que tienen el tamaño de una moneda de un euro y cuyo impacto en el fondo marino es ridículo), van a ver cómo en las zonas donde pescaban el 75 % de sus capturas de merluza (especie que no se puede considerar de aguas profundas) ya no podrán hacerlo, teniendo que buscarse la vida en otras zonas menos productivas. De hecho, según nuestros primeros cálculos, estimamos que los palangreros perderán en torno al 50 % de sus capturas de merluza. Algo parecido ocurrirá con los palangreros de Vigo o La Coruña.

 

Así mismo, tendrá impacto en la flota de arrastre del Golfo de Cádiz, que dejará de pescar importantes cantidades de cigala y de gamba blanca grande. O en el resto de CCAA del Cantábrico Noroeste, Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, que perderán capturas de merluza, gallo, rape, abadejo, maruca, congrio, brótola, besugo o alfonsino pescadas tradicionalmente con arrastre, palangre o enmalle.

Para concluir, creo que la Comisión Europea debería reaccionar, ser humilde y reconocer su error. Si todos consideran que la CE se ha equivocado, por algo será (salvo algunas ONG conservacionistas más radicales, “ecolojetas”, cuyo único objetivo, a través de sus campañas millonarias, es conseguir que se prohíba el arte de arrastre de fondo).

La CE tergiversa la realidad

Insistir, como hace la CE, en que sí se ha consultado adecuadamente (ha tenido la poca vergüenza de decir que ha sido una de las propuestas más consultadas de la historia, cuando en realidad solo se trató el tema superficialmente en una reunión entre consejos consultivos y se invitó al sector a algún taller muy técnico organizado por el CIEM. Es decir, nada que ver con una adecuada consulta para un asunto tan importante); subestimar el impacto socioeconómico, diciendo que será menor; reiterar que España no ha presentado los datos científicos a tiempo, cuando el Gobierno dice que sí que lo ha hecho (la CE tendrá que demostrar lo contrario, sino, yo seguiré creyendo al ministro del MAPA); o decir que no le queda más remedio que prohibir todos los artes de fondo, es engañar, a sabiendas, a los ciudadanos de la UE y tergiversar la realidad.

Por todo ello, desde aquí pido al comisario Sinkevicius que suspenda la aplicación del Reglamento de Ejecución y que, teniendo en cuenta la mejor información científica disponible, lo revise y limite las zonas prohibidas a los lugares donde realmente haya EMV, dejando al palangre de fondo fuera del ámbito de aplicación del reglamento. Porque me gustaría que no quedara ninguna duda, los primeros interesados en proteger los EMV son los pescadores.
Paz y bien.

Javier Garat, Secretario general de Cepesca y presidente de Europêche e ICFA